¿Qué significa ser mujer trans al servicio?


Sus historias personales se convierten en algo más profundo cuando las asociamos con su identidad como persona trans. Socialmente, escuchamos y leemos cuenta tales como: 'Cuando me miran con aquel espectro de asombro En sus propias palabras: así es la vida de una escort en ... - Infobae.', 'Sientas esa mirada penetrante, esa Inquisitorial', como si la vereran por tener un cuerpo tan determinado y tan maravilloso'. Es la experiencia de ser una mujer trans al ofrecer comodidad, afecto y placer como una estilista o más exactamente, como un servicio íntimo de 'mujer cariñosa'. Esta exposición va más allá de mostrar una realidad común de cierta comunidad pues también genera nuevas preguntas: ¿En qué forma la expresión de género se manifiesta en el ámbito del consumo de las pasiones ?, ¿Cómo la autoexploración y la defensa independiente conciben la experiencia sexual, especialmente en el espejo del deseo femenino ?. Cada video viral se convierte en un síntoma colectivo; nos preguntas por límites, roles de género y cómo la sociedad, el discurso comercial y la industria del entretenimiento contribuyen a resquicios donde la exclusión del amor trans se convierte en la norma. El anonimato que permite la existencia en la web no libera completamente a estas mujeres de las ataduras tradicionales. Aun así, ellas redibujan constantemente sus nombres online porque su identidad, escasemente oficial, está anexada al impacto visual, a la personalidad que proyectan mientras interactúan con la audiencia. Más allá de su día a día, siguen buscando una audiencia que no solo las vea como prestadoras; que las apoye, admiro y comprenda la complejidad a veces tabú de su figura. Es relevante comprender que este contexto no difiere completamente al resto de las relaciones íntimas en este mercado digital que predica la libertad humana, con sus códigos de valor que reflejan en cada caso particular la singularidad de cada individuo.Sin embargo, hay una distinción que se clarifica al observar como mujeres trans , bajo este manto webicoso, delimita un espacio único propio onde manifiestan su resistencia psicológica , su lucha por la aceptación a través de su conocimiento y su capacidad de reinventarse según demanda o tendencia. Aquélla misma representación visual del empoderamiento y la conexión emocional que aspiran cuando alguien, a través de la pantalla, celebra su belleza , su valentía al usar este último instrumento e escaparme del rol unidimensional de tradicional mercancía del sexo.Conforme explora su bien y se forma como individuos, las barreras tecnológicas dan lugar a una nueva forma de existir. Este universo, dentro de los confines digitales, permite la construcción a partir de pequeñas piezas; microesculturas de identidades que no se quiebran, aunque el panorama cambie.Por un lado, vemos un desarrollo natural la interacción entre los usuarios, que busca ese sustento emocional y la conexión , que en último término es una carencia compartida por todos los seres humanos. Del otro lado, se manifiestan las aristas más dañinas del consumo virtual: se explota la precariedad del mercado laboral , se reproducen los clichés dañinos para las mujeres trans. La delgada línea entre el empoderamiento y la explotación se puede camuflar easily bajo una falsa promesa de respeto y aceptación. Al fin de cuentas, una mujer trans que ofrece su servicios es una persona humana que sigue luchando por lograr estabilidad y construir horizontes desde lo digital..